miércoles, 11 de mayo de 2011

¿Qué es la democracia multidireccional?




Autor: Jon Juanma *


La democracia multidireccional es un sistema de toma de decisiones radicalmente democrático que permite la consulta y el debate en todas direcciones dentro de una determinada organización político o social.


Se basa, conceptualmente, en la constatación que el ejercicio de poder no es una cuestión únicamente bidireccional sino tridimensional. El poder entendido como una esfera de 360º en donde todos nos encontramos en algún punto, situándose en el núcleo la mayor concentración del mismo y en donde todos nos condicionamos tridimensionalmente, no sólo de A a B, sino de A a B, de B a A (con diferente intensidad) y todos ellos influidos a su vez por C, D, E, etc.

Nadie está exento de poder ni nadie tiene tampoco el poder absoluto, aunque varíen mucho las proporciones.


Este sistema democrático tiende a redistribuir la capacidad de ejercer poder, entendido no como una propiedad estática sino como una capacidad dinámica, una dialéctica tridimensional y permanente.


La democracia multidireccional hace que cualquier miembro, sea cual sea su ubicación dentro de la esfera de poder, pueda efectuar métodos de control y ejercicio de poder respecto a los otros miembros (sin importar si están ubicados más cerca del núcleo o hallados más próximos a la periferia). Cada miembro ejerce la democracia multidireccional con su voto. Ésta, debido a la exigencia del flujo tridimensional de la información, ira igualando paulatinamente las asimetrías en el ejercicio del poder heredadas en base a la ubicación social, la herencia cultural y/o biológica de un determinado individuo dentro del sistema socioeconómico (aunque tendrá que ser acompañada de cambios radicales en la estructura del mismo). Con este tipo de democracia de base no hay ninguna dirección, ninguna altitud, latitud o angulación donde el militante no pueda apuntar y demandar explicaciones o coparticipar en la toma de decisiones. No hay ningún terreno vedado y quedan proscritas las actas secretas.


Este sistema de gestión del poder radica en la premisa según la cual cada uno de los miembros de la organización vale lo mismo que el resto, sin importar cargo o jerarquía. La opinión (y el voto) del coordinador general vale lo mismo que la del militante de base y tanto el uno como el otro tienen acceso a la misma información dentro de la organización, lo que es igual a decir toda la información. La ocultación consciente de cualquier dato al resto de miembros, es considerada una traición a los principios del sistema y los cargos superiores pueden ser revocados por la base, en todo momento, como en La Commune de 1871. La única frontera a cruzar es ser aceptado miembro de la organización.


En la ciudad mediterránea de Orihuela, que viera nacer al poeta revolucionario Miguel Hernández, se ha producido la primera experiencia conscientemente conceptualizada de este método democrático de proyección socialista. La trayectoria organizativa de los últimos años del colectivo político-social de Izquierda Unida Orihuela es prueba viva de este sistema democrático y ha alcanzado su cénit en el trabajo desarrollado en el contexto de las elecciones municipales de 2011.


El colectivo de IU Orihuela por ejemplo, cree firmemente que es necesario practicar/concretar lo que se predica antes de la toma del poder institucional. “Se hace camino al andar” decía Antonio Machado , pero también nos construimos nosotros mismos durante el mismo: al encontrarnos piedras que dificultan la senda y nos piden nuevas soluciones, al acompañar los paisajes que inundan nuestros ojos o respirar el aire que nos encuentra a cada paso. Sabemos que unos medios alejados de los fines, nos separan del horizonte que nos guía. Estaríamos hablando de equivocar el camino, de hacer lo contrario de lo que se pretende cumplir. La contradicción entre decir y hacer de la que hablaba Marx. Por ese motivo afirmamos que sí importan los medios a la hora de conseguir los fines, porque están unidos por una dialéctica continua: rechazamos cualquier atajo sugerido al Príncipe por Niccolò Machiavelli o al Emperador por Sun Tzu (孙子),ejemplificado en la máxima del real politik al uso que reza convencido que en la guerra y en la política, como según dicen en el amor, “los fines justifican los medios”. Los medios son el alimento con el que llegamos a los fines, de ahí la radical importancia de mantener una “dieta sana” si queremos arribar a buen puerto. Por eso nuestro medio no puede ser otro que la democracia, y sus dificultades derivadas, como decía Alfred E. Smith, las solucionaremos con “más democracia”.


Entendemos que la diferencia entre el poder que unos militantes de base ya poseen por el mero hecho de estar (re) unidos para un mismo propósito, y el poder que tendrían con recursos institucionales-estatales es más cuantitativo que cualitativo (sin olvidar el segundo tipo). La lucha contra los esquemas capitalistas se produce desde las pequeñas cuotas de poder, se entrena trabajando contra las sinergias del sistema capitalista desde los pequeños espacios, las pequeñas trincheras, para luego estar preparados para enfrentarse en los grandes espacios de decisión y coerción (aparatos nucleares del Estado). Por poner un ejemplo sencillo: entendemos que no hay ningún atleta que pase de correr 5 km de distancia a 50 km por arte de magia. Se requiere de un duro entrenamiento para ello. Sería vergonzoso aquel deportista que prometiera dejar de comer en el McDonalds y comenzar a ejercitarse sólo después de haber ganado la medalla olímpica. Del mismo modo resulta absolutamente patético oír a aquellos revolucionarios de salón (o chiringuito) que afirman instaurarán el socialismo “después de la revolución”. El socialismo, o nos ejercitamos a cultivarlo en cada espacio de poder que tengamos desde ya, o no lo tendremos nunca.


Personalmente entiendo que, en nuestros días, la democracia multidireccional es el único sistema que puede garantizar la superación del capitalismo y la gestión democrática de los recursos en una futura sociedad socialista.


Es por ello que desde IU Orihuela se decidió, pese a las dificultades derivadas, la utilización de software libre para la creación de todo el material comunicacional o se quiso que el cartel clásico del candidato a la alcaldía fuera substituido por uno grupal, para de este modo no repetir los patrones verticalistas/personalistas que tanto interesan al capitalismo y tantísimo daño han hecho en los procesos revolucionarios a lo largo de la historia reciente. Además, aprovechando las nuevas tecnologías, con Internet a la cabeza , en comunión con las clásicas asambleas in situ, la totalidad de la información fluctúa entre todos los militantes y hasta la decisión más pequeña puede verse sometida a votación por la voluntad manifiesta de uno solo de sus miembros. Todo ha sido y es realizado conjuntamente mediante la democracia multidireccional: cada noticia, artículo redactado, el programa municipal, el vídeo y la cartelería electorales, la política comunicacional, la gestión de los recursos mobiliarios y económicos, etc. Todo.


Por supuesto, en cada sección de trabajo hay uno o varios responsables, asignados por la Asamblea, para no dificultar la operatividad y no extender en demasía los tiempos de ejecución (lo cual criticaban Marx y Engels a los anarquistas). Sin embargo, al estar todo en disposición de ser votado, no hay ninguna decisión de los responsables que sea contraria a la voluntad de la mayoría de los militantes de base. Y si ésta se produjese por falta de tiempo, la Asamblea podría revocarla en muy corto plazo. La periodicidad de las Asambleas es frecuente y maleable dependiendo de las votaciones realizadas por medio de la Red, que tienen en determinadas asuntos carácter vinculante.


En mi opinión, la democracia multidireccional sería auténticamente revolucionaria dentro de los sindicatos y los partidos clásicos de izquierda (en especial los comunistas), para de este modo evitar la burocratización/verticalización en la toma de decisiones y por ende, la facilidad de ser corruptibles a los intereses de los capitalistas o cualquier otra clase y/o facción de la élite del bloque social dominante. Por eso animo a todos los militantes anticapitalistas, socialistas y/o comunistas que se atrevan a utilizarla. Sin miedos ni excusas eximidoras de responsabilidades individuales o esquivos a la necesaria batalla contra “nuestro yo capitalista” que siempre espera latente, al acecho. Como decía Lenin, “la revolución empieza por casa”, y no tenemos casa más cercana que nuestra propia organicidad, nuestro cuerpo.


La democracia multidireccional es por tanto una evolución de los métodos asamblearios primitivos, de la democracia directa esclavista, de la censitaria del capitalismo incipiente, de la representativa burguesa y sobre todo, por proximidad ideológica en nuestra lucha por el socialismo, del centralismo democrático leninista. Pese a sus buenas intenciones teóricas de fluctuación de la información de “abajo a arriba y de arriba a abajo”, éste último método causó mucho daño al movimiento revolucionario mundial debido a la asimetría, de facto, en el flujo y extensión de la información que manejaban el directorio dirigente respecto a los militantes de base (actas secretas, políticas cocinadas entre bambalinas, traiciones cortesanas, ninguneamiento del militante de base, democracia indirecta controlada por una pretendida aristocracia revolucionaria, marginación de las periferias del partido, etc).


Por supuesto, a la democracia multidireccional le queda un largo camino que recorrer, grandes desafíos por enfrentar y mucho por mejorar, entre otras cosas el seguir profundizando en su práctica y concienciar a sus usuarios para no despistarnos retomando las viejas sinergias capitalistas. No en vano, el colectivo de Orihuela es parte de un partido de izquierdas con muchas costumbres y vicios propios de la sinergia capitalista en tanto partido (Izquierda Unida) con implantación en las instituciones , las cuales frecuentemente acaban modelando a los activistas más honrados en lugar de ocurrir al revés como desearíamos. No es sino la absorbente frontera entre reformismo y revolución que tiende a magnetizar ambas partes subsumiéndolas en una misma esfera de poder interestatal de difícil escapatoria en estos tiempos de millonarias capitalizaciones instantáneas. Hay que estar permanentemente en guardia porque nadar contracorriente siempre es más costoso que hacerlo con el viento a favor. Es necesario que los militantes de base tengan con la democracia multidireccional la posibilidad de controlar a sus representantes en las instituciones burguesas, pero primero de todo es necesario que entiendan esa necesidad de control.


¿Pero qué duda cabe que la victoria parcial y toda la experiencia del colectivo de IU Orihuela con la democracia multidireccional demuestran que con el desarrollo actual de las fuerzas productivas, es de sobra posible y necesario extender esta práctica? Sólo nos falta la voluntad y la determinación necesaria para saber que no es un sueño utópico, sino una realidad latente que nos demoramos en reconocer y nos espera ansiosa para llevarnos al camino de la libertad, la igualdad y la felicidad compartida.


Para entender esta necesidad hace falta conocimiento y la forma de conseguirlo es estudiando, racionalizando las experiencias, extrayendo conclusiones con autocrítica, etc. Muchas veces los activistas se centran en el trabajo directo olvidándose de la reflexión, lo cual es un gran fallo porque sólo se puede amar y defender lo que se (re) conoce. No conceptualizar la experiencia vivida con altas dosis de autocrítica nos puede llevar a repetir los errores en una espiral infinita.


No es ninguna utopía pensar en un futuro con sabor a presente donde creemos sistemas de votaciones a modo de cajeros automáticos en todas nuestras ciudades. Cajeros que ya no serán el sistema circulatorio de un sistema de robo legalizado como el capitalista sino el de un sistema de vida y fruición colectiva. Donde el pueblo se vea convocado con una periodicidad impensable actualmente (¿mensual, quincenal?) para votar por un conjunto de medidas propuestas por los partidos políticos u otras organizaciones ciudadanas a partir de un número determinado de firmas a través de: tanto la convocatoria popular como la representatividad institucional. Cada ciudadano tendría su código identificador y se garantizarían la confidencialidad y la competencia del sistema informático como ya sucede en algunos países donde el voto es electrónico. Cada persona tendría sobre la pantalla las propuestas de los diferentes partidos políticos u organizaciones ciudadanas (explicadas y documentadas por los mismos) y podría votar las que deseara.


Eso sí sería un gobierno democrático y no los miles de días de dictadura salpicados de mediocracia cada 4 años que padecemos actualmente. El voto sería secreto y por sufragio universal directo sin leyes electorales deformadoras de la voluntad popular. Un ciudadano, un voto; un ciudadano, un coprotagonista de la voluntad popular: siervo y señor del futuro de todos.


Creemos que sólo hay un camino posible para acabar con este sistema interestatal genocida, opresor y embrutecedor en el que vivimos, llamado capitalismo: caminar hacia el socialismo internacional. Pero sabemos que sólo se podrá llegar a él con una energía ecológica, poderosa y virtuosa como es la democracia más extensa posible, en este momento histórico: la democracia multidireccional.


Respetamos y entendemos las diferentes realidades históricas y geográficas. Nosotros indudablemente hablamos desde la nuestra y sabemos que la democracia multidireccional es sólo una parte de la revolución internacional. Pero creemos firmemente que es la sección constituyente del armazón imprescindible para lograrla, mantenerla y superarla.



* Jon Juanma es el seudónimo de Jon E. Illescas Martínez.

Blog: http://jonjuanma.blogspot.com/

Correo: jonjuanma@gmail.com


Este artículo fue finalizado el 11 de mayo de 2011.


Dedicatoria:


Quiero agradecer a todxs y cada unx de lxs compañerxs de IU Orihuela, nuevxs y antiguxs, que han ido acompañando con sus principios este sistema de funcionamiento democrático. A lxs actuales Manolo, Carmen, Loles, Dámaris, Lucía, Clara, Álvaro, Juan y todxs los demás, les doy las gracias de corazón. Pero además, quiero reseñar muy especialmente mi reconocimiento y gratitud a mis clásicos compañeros de viaje: Carlos Andrés Navarro Selma, Carlos Bernabé Martínez, Abilio Vaillo, Jaime Casanova, Francisca Ruíz y Carlos Navarro Padre, sin cuyo trabajo, disposición, solidaridad, humildad y valores democráticos, hubiera sido imposible haber disfrutado de esta experiencia multidireccional en IU Orihuela. De todxs he aprendido mucho y de cada unx de ellxs algo, siempre importante. Han sido numerosas asambleas, reuniones y trabajo duro, pero sin duda han merecido la pena.


Blog de IU Orihuela: http://izquierdaunidaorihuela.blogspot.com/

jueves, 5 de mayo de 2011

Profetas por la Izquierda: El culto a la personalidad.


Jon Juanma *

Suele ocurrir en muchas ocasiones que los partidos de izquierda cuando tienen un dirigente o “líder” con importante apoyo popular son muy dados a caer en el culto a la personalidad y repetir patrones propios de la derecha. El culto a la personalidad es una forma de alienación de responsabilidades, de inmadurez ética y política. Intentaremos explicar el porqué y la forma de evitarlo.

En las sociedades primitivas junto a la democracia directa surgieron poco a poco los jefes tribales que fueron acumulando derechos hasta pasar a hacerlos hereditarios mediante su alianza con la jerarquía religiosa. De este modo, a los años, llegaron los faraones, emperadores, reyes, etc. Con el auge de la sociedad industrial, el capitalismo, la burguesía y el movimiento obrero arribaron primero las democracias censitarias y más tarde las representativas burguesas con sufragio universal y leyes distorsionadoras del sufragio popular como la Ley de Hont, el cociente de Droop o el sistema de Hare entre otros. Éste es el momento en el que estamos en la mayoría del mundo actual, en puridad: rodeados de democracias censitarias más populares que las primeras del siglo XIX donde sólo votaban los hombres ricos, pero censitarias al fin y a la cabo. Ahora votamos hombres y mujeres, ricos y pobres, pero las opciones mayoritarias, normalmente apoyadas por el poder de los dólares o los euros, obtienen más porcentaje de representación que las minoritarias debido a los sistemas electorales anteriormente citados. Una forma de distorsionar la voluntad popular a favor del control de unos pocos partidos por parte de la élite dirigente.

El poder de unos pocos siempre beneficia a unos pocos y la lucha por el progreso de la humanidad es la lucha por el poder de unos muchos para que esos muchos vivan libres. Lo que trato de explicar es cómo el culto a la personalidad es una rémora del pasado que está costando mucho ser superada y que nos trae numerosos disgustos a las filas de la Izquierda.

El culto a la personalidad se da incluso entre aquellos que se creen “la vanguardia” del proletariado o de las luchas populares. Baste recordar los casos de Stalin, Mao Zedong (毛泽东), Kim il Sung o Kim Jong-il . Pero es que también podríamos fijarnos en el caso paradigmático de Hugo Chávez en Venezuela. Con esto no quiero decir que sean comparables, ni que todos los citados sean dictadores, me estoy centrando simplemente en el tema del culto a la personalidad. Pero es que no hace falta llegar tan alto, podemos irnos a un terreno mucho más cercano como la política local y encontraremos el germen de lo mismo.

Ahora en España, por ejemplo, estamos a punto de celebrar las elecciones municipales y es curioso cómo muchos políticos de la Izquierda (por si lo dudaban no estoy incluyendo al PSOE), incluso extraparlamentaria, copian los modelos comunicativos de los partidos de derecha, de los partidos que los escandinavos llamarían “burgueses”.

Por ejemplo, es común que en no pocos carteles electorales salga la típica figura solitaria del candidato a la alcaldía, del nº 1 de esa formación política. Y se podría pensar: “Bueno, es normal, al fin y al cabo la ciudadanía tiene derecho a saber quién podrá ser su alcalde, ¿qué hay de malo en ello?”. Pero estamos hablando de partidos que tienen muy pocas posibilidades de llevar a sus candidatos a la alcaldía, ¿por qué se repiten estos esquemas? E incluso si tienen posibilidades de ganar las elecciones al consistorio, ¿es bueno esa personificación de la política en unos pocos políticos profesionales? ¿Dónde queda el resto de militantes y ciudadanos?

El problema es que los partidos de izquierda y sus militantes muchas veces se pliegan a la lógica sistémica sin saberlo, de manera sinérgica debido a su debilidad formativa. ¿No es la izquierda horizontalidad, democracia de base, redistribución del poder, etc.? ¿Por qué esta vuelta a los sistemas piramidales?¿Por qué esta vuelta a las monarquías absolutas y los vasallajes medievales bajo siglas “revolucionarias”?

Una respuesta posible es la falta de estudio y concienciación de muchos militantes de la Izquierda junto al desprestigio/descuido social tradicional por las cuestiones formales heredado por parte de una sociedad que otorga mayor pedigrí a las ciencias naturales, a todo el sector científico-técnico, en contraposición a las llamadas “ciencias humanas”. Esta incultura humanista, permite una escisión entre “ejecutar” acciones y “analizarlas” que desde luego favorece a los poderes establecidos en tanto se aseguran un no cuestionamiento de los procesos socioproductivos y una repetición alienante de los mismos, de cara a garantizar los privilegios y la acumulación de capital de la élite dirigente.

Los partidos y organizaciones de izquierda, debido al bajo nivel de estudio que tienen en general sus militantes, de análisis de sus propios autores más importantes, de su tradición democrático-plebeya, se sienten acomplejados de no parecer “serios” de cara a los medios de comunicación masivos controlados por las élites capitalistas. Por eso, a regañadientes, comienzan por ponerse una chaqueta, para parecer más “respetables” y acaban pensando como los que llevaron chaqueta y corbata toda la vida. Pero realmente es mucho más que esto: empiezan a modelar su vocabulario, cambian “trabajo” por “empleo”, capitalistas por “empresarios”, “explotación” por “abuso” y ceden de esta manera a la hegemonía liberal. Dicen que no quieren asustar a la gente y que todavía les voten menos, pero no hacen nada por explicar a esa misma gente, ni siquiera a sus activistas, por qué hay que llamar trabajo al trabajo, y capitalistas financieros a los “mercados”.

Necesitamos una ofensiva cultural, una reconquista socialista de las mentes de las clases populares y para ello requerimos tres pasos: darnos cuenta de su necesidad, organizarnos y estudiar. Los militantes deben perderle el miedo al estudio y aprender a pensar por sí mismos. No es cierto que esa sea tarea exclusiva para los intelectuales y los profesores de universidad. Como decía Gramsci todos podemos ser intelectuales, todos debemos serlo. Y si no le hacemos caso y aceptamos la separación entre trabajo manual e intelectual, estaremos aceptando el status quo capitalista, con todo lo que ello conlleva.

Si alguna vez la humanidad llega al socialismo mundial, éste sólo se podrá asentar en la corresponsabilidad crítica de toda la ciudadanía respecto a sus representantes, sobre la exigencia de revocabilidad de todos los cargos en cualquier momento, por importantes que sean. Nadie puede permanecer inmune ni vedado a la crítica. Por eso los personalismos son tan peligrosos y tanto interesan al bloque social dominante. Si un proceso revolucionario o un gobierno municipal dependen cada vez más de una persona, proporcionalmente se irá haciendo más débil, más derribable, porque será tan fácil acabar con él como acabar físicamene con esa persona concreta, comprarla o volverla loca. La concentración de voluntades en un individuo es “monarquía pura” la mayor parte del tiempo excepto cada 3, 4, 5 o 6 años que lleguen las votaciones, donde tendremos un día de democracia y miles de monarquía ¿y a esa mentira nos atreveremos a llamarla “democracia”?

Comprar un líder o forzarlo a hacer lo que las élites capitalistas mundiales quieran es tan relativamente sencillo como amenazarlo de muerte, a él o a los suyos. Decirle que cuando baje del cargo acabarán con él sin la protección de los cuerpos de seguridad del Estado, agasajarlo con los vicios que tenga o incluso chantajearlo con materiales “complicados” que se consigan de ellos por los servicios secretos de países o de importantes corporaciones. ¿Arriesgaremos tanto esfuerzo desde el campo popular de este modo? Necesitamos evolucionar o seguiremos anclados en la miseria que se extiende sobre la diferencia entre nuestros grandes objetivos y nuestras raquíticas acciones.

La Izquierda necesita que no haya nadie imprescindible y que los revolucionarios no se asienten en el poder porque confunden su vida, su persona, con los procesos. No es sano para la persona en cuestión y mucho menos para los militantes: a la primera la aleja paulatinamente de la realidad haciéndole creerse con “poderes especiales” de por vida, como una especie de ser mitológico o semi-Dios; mientras que a los segundos los deja vendidos a la voluntad de la primera. Se llega a una personificación de los procesos de cambio que pone en juego el sacrificio y el esfuerzo de muchos militantes anónimos. Esto debería ser considerado inadmisible por cualquier partido u organización que quiera remar hacia la superación de este sistema depredador en el que vivimos. Si la Izquierda “endiosa” a un determinado líder le está dando un cheque en blanco para que haga con sus sueños y esfuerzos lo que decida.

El culto a la personalidad también funciona psíquicamente como un modo de enajenación de responsabilidades por parte de los activistas, en primer lugar la de pensar por uno mismo. Siempre es más sencillo que nos den hechas las opiniones, que nos las sirvan como puré y así nos ahorremos el esfuerzo de masticar. Pero en esta vida, la energía no desaparece, sino que se transforma. Y si no queremos hacer esfuerzos pagaremos las consecuencias. Vivir en sí mismo es un esfuerzo energético y un triunfo de la vida sobre la muerte siempre latente. No esforzarnos es sinónimo de morir en vida.

Un activista que quiere caminar hacia el Socialismo pero no quiere pensar es un zoombie, un muerto viviente. Y los zoombies “de izquierda” son una especie muy peligrosa. Porque como perros enloquecidos harán lo que les digan los líderes iluminados de turno, dirán amén al Papa-Rey-Comandante-Líder Supremo y cualquier opinión contraria desde los militantes de izquierda que piensen por sí mismos será atacada como si viniese de mortales enemigos. La discrepancia y el cuestionamiento serán catalogados de alta traición al “Líder”. Y la cadena que se puede desarrollar a partir de aquí es muy peligrosa: se comienza por censurar y se puede acabar por el exterminio físico. No es una exageración, lo hemos visto muchas veces en el siglo XX, depende de coyunturas, del fanatismo alcanzado y de disponer del suficiente poder para hacerlo. Son dos formas de violencia de distinta intensidad, pero violencia al fin y al cabo.

Por eso la Izquierda debe luchar contra las estructuras de la derecha, no dejarse moldear para caber en ellas. Debe vivir en tensión permanente y no olvidar que nosotros somos caballos de Troya. Pero si el caballo se despedaza antes de pasar por la puerta de las instituciones nucleares del Estado, luego no podrá cabalgar ni pegar coces. Ya no tendremos un caballo de izquierda, sino un caballo muerto, o zoombie.

La Izquierda debe amar la crítica, dejar un espacio blindado para ella, protegerlo como su más preciado tesoro y aprender a cuestionar a sus propios “líderes” desde el cariño. Pero también a saber hacerlo desde la intransigencia fruto de la fortaleza de la convicción, cuando se vea claramente que éstos reman en dirección contraria a los que los sustentan. No se debe sembrar el seguimiento acrítico ni el fanatismo religioso que encumbre tanto al “líder” como para presentarlo como infalible. Esto es (des)educación revolucionaria en estado puro.

Para superar estas carencias la Izquierda debe institucionalizar espacios en sus propias organizaciones donde se garantice y promueva la crítica a cualquier miembro o política concreta de la organización, por muy importante que éste o ésta sean. La crítica y el estudio. Para garantizar de este modo que efectivamente, en los puestos claves, estarán siempre los mejores en cada momento. Seguro que así no habrá líder que veinte años dure y sí revolución o movimiento revolucionario que en veinte años crezca.

* Jon Juanma es el seudónimo de Jon E. Illescas Martínez.

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Correo: jonjuanma@gmail.com

Este artículo fue finalizado el 5 de mayo de 2011. Tiene licencia CopyLeft y puede ser reproducido cuantas veces se quiera siempre que se conserve la totalidad del texto, los créditos del mismo y no exista ánimo de lucro en su publicación. Si existiese, se deberá contactar con el autor y estudiar la posibilidad de su publicación.