Autor: Geovani Montalvo
Medio: Tercera Información
Fecha: 13 de julio de 2012
Desde la lucha contra el régimen monárquico desatada en 1996, el
Acuerdo de Paz alcanzado en 2006 y el avance de la izquierda a través
del triunfo electoral en 2008, la continua lucha del organizado pueblo
nepalí ofrece, con sus aciertos y desaciertos, varias lecciones a la
izquierda mundial.
En una entrevista concedida al Diario Tercera Información, Jon E.
Illescas Martínez asegura que la “revolución desconocida” de Nepal nos
debe servir para ejercitar nuestro internacionalismo oxidado.
«Los problemas estructurales de Nepal, pese a los avances reformistas
del gobierno del maoísta Baburam Bhattarai, permanecen con casi la
misma fuerza que antes», asegura, no obstante reconoce que la revolución
prosigue su camino reafirmando «nuestra batalla compartida por el
socialismo, la democracia y la paz mundial».
Jon E. Illescas Martínez, también conocido bajo el seudónimo de Jon Juanma,
es artista e investigador FCM en la Universidad Complutense de Madrid y
la Universidad de Alicante, creador del Sociorreproduccionismo
Prepictórico y autor del libro publicado en junio: “Nepal, la revolución
desconocida. Crisis permanente en la tierra de Buda”.
De origen español, Illescas también es militante en diversos
colectivos de izquierda y varios de sus trabajos sobre comunicación,
cultura y geopolítica han sido traducidos al inglés, portugués e
italiano.
«El capitalismo “humano” y “civilizado” expiró como un sueño
alucinógeno que era suministrado por nuestros gobernantes, para abortar
el horizonte socialista de las masas obreras», expresa, y añade que
«quien piense en hacer una revolución que no sea mundial o que empiece
localmente pero no se propague mundialmente, simplemente no sabe en qué
mundo vive».
3i - La insurgencia maoísta declaró la guerra a la monarquía
nepalesa en 1996, una década después se acordó la paz entre la guerrilla
y el recién formado gobierno considerado "marioneta" por seguir
controlado por el régimen anterior ¿Qué factores obligaron a ambos
bandos a negociar la paz?
Illescas: Por una parte los maoístas habían aprobado
en el 2001 el llamado “Camino Prachanda” como línea política oficial.
Según Prachanda, líder maoísta, Nepal era un país semicolonial y
semifeudal que necesitaba una revolución democrático-burguesa y, por
ende, el principal objetivo era acabar con la monarquía y las fuerzas
–llamémosles- “feudales”.
Algunos maoístas se dieron cuenta que pese a que iban avanzando
posiciones con respecto al ejército monárquico y su apoyo dentro del
país aumentaba, hacer una revolución socialista era imposible con India y
China como vecinos, con “sus” desarrollos capitalistas a todo vapor.
Prachanda pensó que era momento para aparecer ante los ojos del
pueblo nepalí como “los campeones de la paz” (sic) después de tantos
años de guerra y cansancio, de casi 15.000 muertos y más de 100.000
desplazados, familias divididas, insostenibilidad de la reproducción
social, etc.
Después de los logros obtenidos en las zonas controladas por las
comunas populares, pensaron que en ese momento la hegemonía la podían
obtener realizando política sin derramamiento de sangre. Pese a los
buenos resultados de las elecciones, pronto se vería que las cosas no
serían tan sencillas...
- ¿Qué papel desempeñó los Estados Unidos, India, la Unión
Europea y Naciones Unidas durante la guerra civil y después del acuerdo
de paz?
Hay que diferenciar dos períodos, antes y después de 2001. Antes, no
le prestaron mucha atención, pues Nepal siempre había sido un país muy
convulso y no esperaban que los maoístas llegaran a tener el apoyo que
luego cosecharon.
Ese año, con la masacre de la familia real y el ascenso de Gyanendra
como Rey, para muchos el autor intelectual de los asesinatos, la
monarquía aceleró su pérdida de popularidad. A esto ayudó a que, muy
probablemente, tanto India como Estados Unidos dieron el “OK” para que,
tanto el Congreso Nepalí (centro-derecha) como el Partido Comunista de
Nepal-Unificación Marxista Leninista (centro-izquierda), dejaran de
apoyar a Gyanendra, debido a su perfil todavía más reaccionario que el
anterior monarca asesinado, a la postre su hermano.
Por su parte, la Unión Europea siempre estuvo vigilante pero en
segundo orden, con Alemania a la cabeza, más bien informada e intentando
sacar tajada a nivel comercial (por ejemplo, con los contratos con
Airbus) pero sin meter mucho las narices en asuntos de inteligencia,
etc.
Pues como sabemos, la zona de Nepal y en general el sudeste asiático
no es una zona donde ella tenga el visto bueno “de la comunidad
internacional” para su injerencia. Más bien es cosa de la India con su
aliada Estados Unidos y su rival China, sin olvidar Rusia, que hace lo
que puede y le dejan por la zona (poco).
En cuanto a Naciones Unidas funcionaron como lo que son: una
organización con maravillosos objetivos declarados, pero limitada en su
toma de decisiones por las potencias imperialistas, y compuesta por una
mezcla de profesionales de buena voluntad, mezclada con auténticos
criminales disfrazados de “agentes humanitarios”.
- ¿Cuál es la situación de las mujeres y ex combatientes luego del acuerdo de paz?
Gracias a la lucha de los maoístas la situación de la mujer sufrió
una mejora espectacular. Adquirió el derecho a divorciarse (antes sólo
podían los hombres), a la posesión de tierras, etc. No en vano entre el
40 y el 45 % de los guerrilleros eran mujeres.
Esto obligo a que incluso, la monarquía tuviera que tomar medidas
para no parecer tan “troglodita” e incorporó algunas mujeres al ejército
(un 5%) y también a los cuerpos policiales. Después de los acuerdos de
paz, en los diversos borradores que la Asamblea Constituyente realizó de
la Carta Magna, la ley de leyes tendía a confirmar estos derechos, e
incluso a ampliarlos en una superestructura legal que no llegó a ser
aprobada.
Se atisbaban poderosos avances en materia de libertad sexual para la
comunidad LGTB, como la validación legal de los matrimonios homosexuales
o avances en derechos reproductivos para la mujer.
En mi opinión, a no ser que se produzca una involución muy fuerte en
Nepal ligada por la reacción, el futuro de las mujeres será mucho mejor,
al margen del avance o no de una economía socialista. Pues hay que
tener en cuenta que un partido de centro-izquierda, tan importante como
el PCN-UML, en materia de libertad sexual y derechos de las mujeres, es
algo así como una mezcla entre el PSOE e IU en España.
Uno de sus diputados, por ejemplo, es un importante activista gay declarado. En ese sentido sí soy optimista.
El capitalismo puede subsumir la libertad legal de las mujeres como
mercancías, del mismo modo que siempre ha hecho con la de los hombres,
en tanto fuerza de trabajo. Las mujeres pueden conseguir la misma falsa
(o limitada) libertad capitalista que disfrutan los hombres bajo este
sistema.
En cuanto a los combatientes, la mayoría se han reincorporado a la
vida civil con buenas dotaciones económicas, y el resto están a punto de
incorporarse al ejército, pero todavía esperando en los acantonamientos
de lona y lata donde viven desde los acuerdos de paz de 2006.
- Luego del triunfo en 2008 de ex combatientes maoístas para
la Asamblea Constituyente, propiciando una correlación favorable a la
izquierda, ¿por qué Nepal sigue sin tener nueva Constitución que
responda a las aspiraciones de la mayoría de la población?
Porque si bien la voluntad del pueblo nepalí era notablemente
favorable para la izquierda, estamos hablando de la voluntad mayoritaria
de los habitantes de un país en un sistema-mundo capitalista
altísimamente imbricado.
No existen países con soberanía nacional, eso ha pasado a la
historia. Ni siquiera potencias como India o China tienen algo así,
imagina un país de 30 millones de habitantes rodeado por dos colosos de
más de 1200 y 1400 respectivamente.
Tampoco EUA. Están atados por sus intereses geolocalizados a lo largo
del orbe, no en vano todos, al margen de sus diferencias políticas, se
guían económicamente por la Ley del Valor y esto hace que sus economías
estén anudadas a la lógica capitalista con su contradicción fundamental
entre trabajo y capital.
Incluso un país tan autárquico como Corea del Norte, en su página web
oficial en inglés, solicita ayuda a inversores internacionales
ofreciéndole una de las manos de obra “más disciplinadas y baratas de la
zona” (sic).
En Cuba y Vietnam también se abre más espacio para la economía
capitalista con las últimas reformas, y China, desde las reformas de
Deng Xiaoping, no ha dejado de ampliar su base económica capitalista,
pese a las ingenuas ilusiones de los partidarios occidentales del
“socialismo de mercado”.
Para que se produjese una Constitución que respondiera a las
aspiraciones de la mayoría de la población nepalí, y en mi opinión tal
cosa solo podría acontecer con una constitución socialista, pues Nepal
tiene el papel de país ultraperiférico y dependiente; tanto en India
como en China, las fuerzas revolucionarias deberían crecer y estar más
cerca de la toma del poder.
Si bien esto no ha ocurrido todavía, si es cierto que en ambas
superpotencias la ideología maoísta está aumentando su popularidad y por
eso el gobierno indio y el chino están tan preocupados por la facción
maoísta escindida de Kiran, hasta que sepan hasta qué punto son
coherentes con sus soflamas revolucionarias.
Si Kiran y los suyos van en serio, esto daría al traste con la
intención de las élites de cooptar a los líderes maoístas en una
revolución pasiva que tendría parecido resultado al que tuvo la
Transición española: producir cambios menores, de carácter formal, para
que nada de lo importante cambiara. Como el gatopardo de Lampedusa,
“cambiar para que nada cambie”, como sucedió con el triángulo compuesto
por el monarca Juan Carlos (títere de EUA), Suárez y el oportunista de
Santiago Carrillo.
- ¿Qué consecuencias tiene la disolución de la Asamblea
Constituyente, por su atraso en la redacción de una nueva constitución, y
la convocatoria a nuevas elecciones para noviembre próximo?
Pues por lo pronto ha sumido al país en un caos muy importante. Y los
nepalíes se dividen entre el hastío político y la radicalización:
algunos desean la vuelta a un cierto orden, otros se plantean la vuelta a
la lucha armada, las milicias políticas de todos los partidos aumentan y
“los poderosos vecinos” siguen jugando al Risk con la vida de los
empobrecidos nepalíes, mientras que los maoístas están más divididos que
nunca. Lo cual, por supuesto, es todo un éxito para las clases
dirigentes.
Pero este éxito momentáneo puede llevar tanto a un triunfo de la
reacción como a una radicalización del pueblo, peligrosa para los
intereses de las clases dirigentes.
- ¿Es posible que la nueva constitución nepalesa contemple la disolución de la monarquía?
A no ser que se produzca un golpe de estado reaccionario, con
Gyanendra a la cabeza como títere apoyado por la India y EUA, lo cual no
es descartable; la monarquía no tendrá lugar en la nueva constitución.
¿Por qué? Porque las bases de los principales partidos opositores,
tanto del PCN-UML como del CN son mayoritariamente republicanas y sólo
admitirían una vuelta a una monarquía parlamentaria como mal menor en
una situación de caos total, no sin sus resistencias.
Si los acontecimientos discurren por la arena política, respetando
los resultados electorales, la monarquía no tendrá cabida en la nueva
constitución. De hecho, los principales partidos votaron en 2008, en la
primera sesión de la Asamblea Constituyente, por su abolición.
- ¿Qué implicaciones traería la instauración de una monarquía parlamentaria en Nepal?
Una victoria parcial pero muy importante de las fuerzas reaccionarias nepalíes junto a los gobiernos de India, EUA y Alemania.
Además, posiblemente significaría la vuelta a la Guerra Popular de
una parte de los maoístas, que en todo caso, serían muchos menos que al
finalizar la guerra debido a que muchos ex guerrilleros han sido
desmovilizados y licenciados con importantes cuantías económicas,
mientras que otros tantos ya no creo que estén dispuestos a volver a
una vida de sacrificios, visto los tímidos avances obtenidos después de
tantísimo dolor.
Eso sí, entre un 40% y 50 % de los nepalíes no tienen empleo y muchos
jóvenes tienen que emigrar para buscar trabajo en la India, Malasia o
varios países del Golfo, lo cual sigue siendo una olla de presión
constante que puede favorecer a los “futuros insurgentes”.
Los problemas estructurales de Nepal, pese a los avances reformistas
del gobierno del maoísta Baburam Bhattarai, permanecen con casi la misma
fuerza que antes.
- ¿Qué retos debe superar la izquierda nepalesa?
Creo que debe establecer una comunicación franca con sus bases y
decirle cuál es la situación realmente existente. Cuáles son las
amenazas explícitas de la India, EUA, etc y los límites que impone el
gobierno chino.
A partir de ahí es de donde se debe partir para pensar cuál puede ser
el mejor camino para obtener mejoras, minimizando los costes de la
lucha, que evidentemente siempre van a existir. En ese sentido creo que
los maoístas deberían implementar un mejorado centralismo democrático
que fuera sobre todo, de abajo a arriba, y no de arriba a abajo, como ha
ocurrido históricamente con todo centralismo democrático “realmente
existente”.
Para ello deberían implementar sistemas de votación que aprovecharan
las nuevas tecnologías como tímidamente ocurre en algunas zonas de
Brasil y Venezuela. El gobierno de Bhattarai lo está haciendo pero de un
modo muy tímido.
Es necesario institucionalizar esos mecanismos de participación para
que efectivamente las bases controlen a sus dirigentes y no al revés. En
realidad, esto, no es un reto de la izquierda nepalí, sino de toda la
izquierda mundial.
Hasta que no tengamos este control institucionalizado de las bases,
en partidos, sindicatos y gobiernos, volveremos a los mismos fracasos
de siempre: revoluciones abortadas, revoluciones traicionadas,
restauraciones legales capitalistas, etc.
A la par que es necesario avanzar hacia la colectivización de los
medios de producción, es necesario avanzar en la colectivización de la
información y los dispositivos para la toma de decisiones. De este modo,
aunque sea por una cuestión de simple aritmética, el espacio para la
corrupción revolucionaria se hará más estrecho y las posibilidades de
que el pueblo tenga una vida más digna aumentarán exponencialmente.
Imagina que la ciudadanía mediante “cajeros automáticos” electorales
diseñados para la ocasión, pudieran votar los articulados propuestos por
cada partido nepalí para la nueva constitución, e incluso pudieran
proponer sus propios articulados, a modo de IILLPP. Lo podrían hacer en
unos días con esas máquinas mediante su correspondiente identificación
biométrica o magnética. Toda esta tecnología existe, falta la voluntad y
la claridad política para implementarla. Eso sí sería una constitución
del pueblo.
Y pensando en España, imagina que cada recorte social propuesto por
la marioneta de Rajoy tuviera que enfrentarse el refrendo popular,
simplemente no se llevarían a cabo, porque incluso mucha gente “de
derecha” votarían en contra.
El problema no es la democracia, el problema es que lo que llamamos
“democracia”, es un fraude completo: leyes electorales que distorsionan
el voto, inmigrantes y jóvenes que son trabajadores sin derecho al
sufragio, iniciativas legislativas populares imposibles de materializar,
etc.
Todo está amañado, y no es sólo en España y en Nepal, sino en todos
los sistemas políticos de base capitalista de cualquier lugar del mundo,
en mayor o menor medida. Democracia y capitalismo son antagónicos, no
podemos dejar que nos roben un patrimonio de los desheredados como
“democracia” porque siempre ha sido nuestro y todavía lo es. El suyo es
la dictadura del Capital.
Por tanto, es necesario que los pueblos exijan ese control, porque
ahora, debido al avance de las fuerzas productivas, es perfectamente
posible. Es la única manera de detener al capitalismo, con una
democracia mundial, porque el mercado y su entramado de intereses es
mundial.
Los nepalíes no se enfrentan a “sus reaccionarios”, sino a los de
todo el mundo en cadena. Igual que le sucedió (y en parte todavía le
sucede) al pueblo cubano tras 1959 o al español en su Guerra Civil.
Imagínate ahora, donde las inversiones especulativas se producen por
programas informáticos y/o gerentes instalados de una punta a la otra
del orbe. Quien piense en hacer una revolución que no sea mundial o que
empiece localmente pero no se propague mundialmente, simplemente no sabe
en qué mundo vive. Y la élite capitalista y sus mandarines sí lo saben
muy bien. Más nos vale que desde la izquierda lo aprendamos pronto o
vendrán tiempos terroríficos para el conjunto de la humanidad.
- ¿Qué significado tiene la revolución nepalesa -que a su
juicio es una "una revolución desconocida"-, frente al nuevo orden
mundial y al colapso del capitalismo?
Es otro foco rebelde más. Una piedrecita en la bota gigante del
sistema-mundo capitalista, que le molesta y le impide pisar(nos) con
toda la fuerza de la que sería capaz. Debemos multiplicar las piedras y
actuar con internacionalismo.
Nuestra única posibilidad como especie es que actuemos como tal, al
margen de documentos nacionales de identidad y demás legalismos que sólo
consiguen separarnos los unos de los otros, atrapándonos a todos en
esas cápsulas (o cárceles) que son los Estados.
Cercos donde el Capital, que es internacionalista por necesidad, con
ayuda de sus gestores políticos psicópatas, puede seguir vampirizándonos
con toda tranquilidad mientras impotentes vemos cómo destrozan nuestras
vidas sin saber muy bien qué hacer o contra quién luchar.
Así el Capital nos separa y enfrenta: “nacionales” contra
“extranjeros”, hombres contra mujeres, españoles contra alemanes, indios
contra chinos, “blancos” contra “negros”, asiáticos contra
occidentales, etc.
Si dinamitan la unidad de los asalariados, que sólo somos hormigas,
ellos vencen; si nosotros conservamos la unidad material y relacional
que tenemos, nosotras como hormigas unidas vencemos, porque somos
muchísimas más.
Debemos formar una nueva internacional formada por todos los
asalariados del mundo que destruya la lógica de segregación y
explotación del capital, para desde allí acumular fuerzas creando una
contrahegemonía que, llegado el punto de bifurcación histórica, nos
permita dar el salto al socialismo y la democracia mundial.
Para ello será necesario algo que el capitalismo económico y cultural
nos ha ido robando de nuestras subjetividades: la solidaridad y el
sacrificio fruto de nuestra capacidad de amar. Hará falta mucha empatía,
cariño, camaradería, cajas de resistencia, compartir nuestras casas y
las amenazas, etc; para ganar esta batalla.
Todo lo demás es simple oportunismo político y una pérdida de tiempo.
Es patético comprobar cómo en Europa muchos líderes de la izquierda
política continúan basando sus exigencias políticas en el marco del
llamado Estado del bienestar, cuando el Estado del bienestar ha muerto,
al menos para la mayoría de nosotros, incluidos, ojo al dato, la mayoría
de alemanes y cada vez más suecos.
El Estado del bienestar fue un accidente histórico, un producto
transitorio parido por la Guerra Fría y el miedo que los capitalistas
occidentales tenían respecto a una Unión Soviética que acabaron
derrotando.
Falta formación y estima por la verdad en muchos de estos líderes de
la izquierda política que todavía se hallan guiados por el oportunismo y
el miedo a no salirse de lo políticamente correcto marcado por la
hegemonía cultural burguesa construida por años de neoliberalismo.
No vamos a cocinar ninguna tortilla sin romper los huevos, lo que
sucede es que a ellos (los líderes oportunistas de la izquierda política
y sindical) les gusta que los huevos los rompan donde no les llegue el
olor ni les salpiquen las cáscaras, para que luego se los sirvan en
forma de rica tortilla en bandeja de plata.
Eso era el Estado del bienestar, imperialismo capitalista genocida
con los obreros de la mayoría del mundo servido como migajas para los
obreros de los países centrales. Las migajas que caían del plusvalor que
los capitalistas centrales y sus lumpemburguesías periféricas extraían
de los obreros de los países empobrecidos.
Pues bien, se acabó el sueño keynesiano: ya no somos obreros de los
países centrales y en breve la mayoría de Europa será un secundario
semiperiférico más, así que nuestra única posibilidad será elegir entre
socialismo o barbarie. La que tenemos, y todavía peor la que vendrá. El
capitalismo “humano” y “civilizado” expiró como un sueño alucinógeno
que era suministrado por nuestros gobernantes para abortar el horizonte
socialista de las masas obreras.
En este sentido, volviendo a tu pregunta, la “revolución desconocida”
de Nepal nos debe servir para ejercitar nuestro internacionalismo
oxidado: apoyando e informándonos sobre la lucha del pueblo nepalí,
mientras tomamos nota de sus aciertos y sus errores, para nuestra
batalla compartida por el socialismo, la democracia y la paz mundial.
Ni más ni menos que nuestra lucha por salvar todo lo bueno que la
especie todavía conserva, emplazándola a construir ese otro mundo mejor,
donde la dignidad será la norma y no una peligrosa excepción, donde los
avances tecnológicos nos servirán para poder trabajar menos y no más,
donde tendremos la oportunidad de vivir felices en un hábitat sano.
¿Sueño o utopía? No, necesidad y posibilidad. De nosotros depende su
futura concreción. (FIN/2012)