Jon Juanma
Desde comienzos de la Edad Moderna y el
capitalismo mercantil, España o el Estado español1, se
caracterizó por tener siempre una doble vertiente dentro del sistema
mundial, en tanto agente colonizador y colonizado2.
Por ejemplo, en los tiempos de la colonización salvaje de los
pueblos de América Latina, mientras mercenarios, proscritos,
funcionarios del la Iglesia
católica y aventureros con sed de riquezas colaboraban
mayoritariamente en la explotación de esos pueblos, trayendo enormes
cantidades de plata para la Monarquía y sometiendo a la población
indígena, el pueblo español peninsular pasaba hambre y la mayor
parte del mismo estaba sumido en la más absoluta de las miserias3.
Además, un 90% de los metales valiosos expoliados a los pueblos
originarios americanos pasaban por los puertos españoles, pero iban
directamente a las manos de los banqueros alemanes (¿les suena la
historia?), ingleses o italianos, íntimos amigos de “insignes”
monarcas como Carlos I de España ( y V del Sacro Imperio Romano
Germánico)4. El caso es que, en la actualidad, en los
tiempos del “capital-imperialismo” (Fontes) o el capitalismo de
“acumulación flexible” (Harvey), esa doble naturaleza entre
colonizador y colonizado del Reino español está inclinándose con
mucha fuerza hacia la segunda. Y así España desciende en la
jerarquía del sistema mundial capitalista. En el presente
artículo trataré de explicar el porqué, el significado de este
hundimiento a corto-medio plazo y las posibilidades que tienen las
gentes normales de este país para decidir su futuro en libertad.
En nuestros días, el sistema económico
mundial con rumbo decidido a su despeñadero (y el de muchos de
nosotros), está produciendo notorios reordenamientos en los (des)
equilibrios internacionales del sistema político interestatal. Por
ejemplo, estados otrora poderosos como Estados Unidos o Alemania
están perdiendo importantes cuotas de gestión de la plusvalía
mundial, mientras que países con poblaciones ingentes como India o
China están recogiendo esa parte de la riqueza social expropiada e
incluso acentuando más su extracción y velocidad de reconversión
en capital (Dinero-Mercancía-Dinero).
Este capital es fruto de la explotación de los trabajadores
de todo el mundo, especialmente la de aquellos que se encuentran por
debajo del salario medio mundial. Esta situación produce que países
de la periferia del
antiguo centro de acumulación, como España, Grecia e Irlanda o
incluso del propio centro del sistema como Reino Unido, Italia y
Francia tengan que estar destruyendo a velocidad de crucero los
derechos de “sus” trabajadores (“abaratamiento de la fuerza de
trabajo” en términos marxistas), ya que el botín imperialista que
queda para repartir en forma de migajas entre “su” mano de obra,
proveniente del latrocinio internacional-capitalista de otros
trabajadores más desafortunados, se ha reducido considerablemente.
Mientras tanto, los gobiernos títeres de los banqueros de Estados
Unidos y Alemania (Obama y Merkel) critican el endeudamiento y exigen
sacrificios a los estados más débiles en nombre de los “mercados”
(los mismos capitalistas que les dictan sus políticas “nacionales”
y controlan las agencias de rating), mientras ellos mantienen
los endeudamientos públicos más altos de todos los gigantes de la
OCDE (a excepción de Japón) y de gran parte de la Eurozona
respectivamente5.
Por su parte, las clases dirigentes con
DNI español6, esencialmente subsidiarias del reparto
imperialista del mundo, juegan a que sus “mayores” burgueses
foráneos les dejen conservar un porcentaje del reparto del pastel
mundial en zonas ligadas histórica y culturalmente al Reino, como es
el caso de la ya citada Lationamérica. Todo ello a cambio del
abaratamiento de la mano de obra residente en España (“déjame que
les venda y te preparo a los míos para que su señoría les explote
mejor”)7. De este modo, la reducción del mercado
interno español (a más recortes de salario, menos consumo y puestos
de trabajo), será compensada por estos grandes banqueros-empresarios
“españoles” mediante su consolidación en los mercados
extranjeros. Como el mismo Cristóbal Montoro. Coordinador Económico
del Partido Popular y ex-Ministro de Hacienda (2000/2004), afirmaba
recientemente en una entrevista8 (con una intención
radicalmente diferente a la mía), en 1996 sólo un 6% de las
inversiones empresariales españolas se producían fuera del mercado
interno; mientras que en la actualidad, el porcentaje invertido en el
extranjero ha crecido hasta casi el 47%. Moraleja: los grandes
banqueros y empresarios, el gobierno central y el resto de élite
española verdaderamente codirigente, esto es, el conjunto de los
virreyes de Estados Unidos y Alemania9 en la Península
(léase mayoría de la élite del PPSOE y acólitos junto a un largo
etcétera de cargos claves del Estado), se encuentran todos ellos
perfectamente dispuestos a destruir a la mayor parte de la clase
trabajadora residente en España en tanto consumidora. No importa
en este caso si son legales o ilegales, “nacionales” o
residentes. A cambio, estos asalariados, antes parte potencial del
mercado, serán transformados en mano de obra barata para un
comercio destinado paulatinamente a la exportación. Venta exterior,
a precios competitivos, que se dirigirá a otros países con mayores
segmentos (cuantitativos) de población con poder adquisitivo
(Alemania, China, India, Brasil, etc). Para conseguir esto, los
politicastros del sistema profundizarán el camino que ya viene
implementando el gobierno de polarización social: destrucción de
las garantías laborales, enterramiento definitivo de los sindicatos
reformistas de la era keneysiana-fordista (UGT y CCOO, 1945/1973
respectivamente), bajadas de impuestos a las rentas del capital,
privatización de todas las instituciones públicas que sirvan para
redistribuir la riqueza o garantizar ciertos derechos
ciudadanos, etc. Ese papel de presto ejecutor está siendo
interpretado por el PSOE, pero en breve continuará por el PP, ambos
extremos diferentemente coloreados del mismo rodillo capitalista.
Si bien en
la presente partida internacional por el reparto del mundo, a gran
parte del pueblo español le ha tocado cartas marcadas realmente
malas, otros pueblos de países “emergentes” como Brasil, China
o India, no las tienen, ni mucho menos, todas consigo. No será
simplemente darle la vuelta a la tortilla y que el mal llamado “Sur”
pase a ser el “Norte”. Será mucho más y todavía peor. Según
el analista Minqi Li (李民骐)10,
el despegue de China e India hasta adquirir el papel de potencias
dirigentes puede traer contradicciones irresolubles para el sistema
en su conjunto que podrían afectar a las clases populares de estos
países en ascenso. Con sus incomparables
poblaciones, (casi el 40% del total mundial), bajo patrones
capitalistas de consumo, estos gigantes asiáticos producirían un
recambio en el predominio capitalista que podría significar la
acentuación hasta la asfixia de las contradicciones inherentes al
sistema, aquellas que Marx/Engels ya vaticinaron como insuperables a
largo plazo (para nosotros, corto-medio). ¿Por qué? Porque los
límites ecológico-materiales de la Tierra, la producción
capitalista y la aritmética del reparto de la tasa de plusvalía
mundial en declive no dan más de sí. Sirva de ejemplo el advertir
que, si grandes mayorías de la población de China e India consiguen
un consumo (de despilfarro) parecido al de Estados Unidos o cualquier
otra zona “rica” de Europa o Asia, gran parte del resto del
mundo permanecerá directamente a oscuras, sin agua y con carestía
estructural de alimentos11. Y el citado es sólo un
punto de los variados límites de la economía real y el mundo
tangible donde el capitalismo de ficción se desarrolla a costa de
destruir el suelo sobre el que pisa (y cree levitar). Todo este
escenario de pesadilla, por supuesto, lo pronosticamos bajo reglas
de producción y distribución capitalista. Otro gallo cantaría de
conseguir reemplazar el sistema por uno verdaderamente democrático
donde la riqueza fuera poseída y gestionada colectivamente
(socialismo democrático).
Tan descarado es todo este escenario
dantesco, que el sentido común de mucha gente, hasta ayer mismo
autoconsiderada “apolítica”, se transforma en el “buen
sentido” gramsciano, entendiendo, al menos, dónde están los
enemigos principales de las mayorías (los bancos, el capital
financiero, los políticos plegados a sus dictámenes, etc) Y si
bien queda trecho por recorrer para que las mayorías trabajadoras
comprendan las conexiones económico-politico-culturales esenciales
de la totalidad sistémica (Lukács) y propongan alternativas con
probabilidades históricas de éxito; el aprendizaje en la calle, en
los centros de trabajo y estudio, converge y se vislumbra acelerado.
La solución a todo este tinglado, a
este escenario de humana y descarnada desesperación12, es
por una parte sencilla, desde el punto de vista teórico; y por otra,
dramática, desde el punto de vista práctico. La solución es
bien simple de formular: la revolución mundial combinada de la
mayoría de clases populares de todo el sistema internacional.
Una revolución que instale un sistema realmente democrático de
gestión colectiva de los recursos que permita desarrollar un mundo
en paz, respeto y libertad. Cuanto más internacional y sincrónica
sea esta revolución, esto es,
cuanto más pueblos del mundo la secunden al mismo tiempo,
más posibilidades de éxito tendrá para destruir el capitalismo y
substituirlo por un sistema político-económico basado en la
justicia y la solidaridad que coloque al ser humano como eje de su
organización, producción y decurso. El dramatismo de la
práctica vendrá de la mano de los grandes sacrificios que no pocos
individuos de las clases populares tendrán que hacer para conseguir
este fin, debido a que la oligarquía capitalista internacional no se
quedará de brazos cruzados viéndolas venir, esperando que le
“quiten” lo que considera “suyo” (esperando “la
expropiación de los expropiadores”). Lamentablemente, como el
pasado (y el presente) demuestran, es seguro que esta
mayoritariamente podrida casta dirigente, antes de desaparecer
estructuralmente de la Historia, dejará numerosos muertos, heridos y
carestía regados por las sendas del mundo. Entonces...¿alguna otra
opción?, ¿algo menos “utópico”?, ¿más sencillo? Sí, por
supuesto, mucho más: quedarnos de brazos cruzados esperando en casa
a que un buen día vengan a cortarnos la cabeza. Eso sí, con los
mejores modales y apelando a los sacrificios en pro del inédito
“espíritu nacional”. Esperando, paciente y resignadamente, que
sigan segando de futuros nuestros mañanas y el de nuestros hijos,
sacrificando todos nuestros derechos en nombre de sus privados
beneficios en la imposible carrera que libran contra la tendencia
decreciente de la tasa de ganancia13. Esperando a que la
tormenta no sea tan mala, aguardando a que “ESTO SE/LO arregle(n)”
(¿quién?, ¿el Espíritu Santo?, ¿o los mismos que nos metieron en
el agujero?). Esperando, en definitiva, a que vuelva un pasado que
jamás podrá tornar por imposibilidad material. Pero está claro, y
sería hipócrita no admitirlo, que hay otra solución más fácil:
huir. Emigrar como salida de emergencia. Pero quien emigre por huida
y no por amor (a los demás, a su trabajo o a otras tierras) se
encontrará con un final aciago donde volverá a toparse con la hidra
de las mil cabezas. Porque, ¿cómo huir de algo que es omnipresente
como el capitalismo? Por supuesto, se pueden encontrar zonas de menor
inseguridad personal transitoria, pero al final, el enfrentamiento
con el sistema en su multiplicidad de formas, en este momento
histórico, se nos antoja prácticamente inevitable.
Conclusión: sonó el despertador de la
Historia. Se acabo la hora de esperar, es tiempo de actuar. Y
el 15 de octubre14
es una buena fecha
para fortalecer nuestra lucha mundial y desarrollar nuestra
revolución basada en el pacifismo y el calor de los pueblos llamados
humanidad. Coged fuerzas, ánimo, buena suerte y mucha
solidaridad. La historia sopla a nuestro favor y los pájaros de la
vida y de la muerte, con su asimétrico canto matutino, ya vienen
despertando a los adormecidos.
Nos vemos en las calles.
* Jon Juanma es el seudónimo
artístico/activista de Jon E. Illescas Martínez.
Este
artículo fue finalizado el 1 de octubre de 2011. Está registrado
bajo licencia Creative Commons y es gratuita y libremente
reproducible en cualquier medio siempre que se cite la autoría, se
respete la integridad y el formato del mismo, a la par que no se
persigan fines con ánimo de lucro.
Correo: jonjuanma@gmail.com
Notas:
1. No hay país
reconocible internacionalmente por la mayoría del resto de países,
que no sea Estado, del mismo modo que no hay capitalista sin capital,
ni empresario sin empresa. Las “naciones” realmente existentes
son una entidad debatible desde un punto de vista ideológico-cultural
o de futuribles políticos (próximos o lejanos), pero nunca de
presentes. Y sin embargo, aunque no es lugar para establecer el
citado y necesario (re) debate, me veo en la obligación de esta
aclaración para decir que da igual escribir “España” que
“Estado español”, siempre que el primero no se confunda con el
concepto de nación, que particularmente creo es una entidad
“antropológica”, “sociológica” y “económica” en franca
desaparición acelerada, hoy más que nunca, dada la mundialización
de los intercambios de toda naturaleza establecidos por el ser humano
(cultura, economía, genética, etc). Este concepto de “nación”
tiene una connotación metafísica inadmisible para las ciencias
sociales y el entendimiento materialista, e histórico, del mundo,
tanto desde los nacionalismos hegemónicos como los
periféricos. Un trabajador de España tiene una cultura y una forma
de vida mucho más semejante con un trabajador de Brasil o de Polonia
que con una magnate español. Esa es una de las partes “buenas”
del capitalismo: que libera a los individuos de las clases populares
del cretinismo de las comunidades/sectas autárquicas, con sus reglas
místicas y sus vasallajes hereditarios, mientras que con la figura
del asalariado universal fortalece al agente que lo destruirá y
podrá construir la unión armónica de la humanidad en una sociedad
que provocará la liberación de toda su creatividad y variada
riqueza histórica acumulada, en sus manifestaciones más valiosas.
2. Basándonos en la
cuarta acepción de la Rae: “4. f.
“Territorio dominado y administrado por una potencia extranjera.”:
http://buscon.rae.es/draeI/SrvltConsulta?TIPO_BUS=3&LEMA=colonia
(2011/09/30).
3. Frank, André Gunder
(1985): La acumulación mundial (1492-1789).
Siglo XXI: Madrid [1979]. Prueba de esta pobreza también se puede
rastrear fácilmente en la literatura del “Siglo de Oro” español,
con obras que retrataban esta situación como “La vida del Buscón”
(1626) de Francisco de Quevedo o “Guzmán de Alfarache” de Mateo
Alemán (1599).
4. Se puede consultar en
el citado libro de Frank.
5. Deuda pública en
relación al PIB de: Japón (233%), Estados Unidos (98-100%),
Alemania (83,2%), España (65%) y Rumanía (40%). Datos,
respectivamente de:
http://eleconomista.com.mx/economia-global/2011/09/26/eu-japon-mas-endeudados
(2011/09/30),
http://www.elpais.com.uy/suplemento/economiaymercado/a-los-pobres-les-gusta-gravar-a-los-ricos-menos-de-lo-que-se-cree/ecoymer_592437_110912.html
(2011-09-30),
http://www.informador.com.mx/economia/2011/285012/6/deuda-publica-de-alemania-bate-record-en-2010.htm
(2011-09-30),
http://www.diarioprogresista.es/economia/4892-la-deuda-publica-de-espana-alcanza-el-65-del-pib-20-puntos-menos-que-la-media-europea.html
(2011-09-30) y
http://www.oficinascomerciales.es/icex/cda/controller/pageOfecomes/0,5310,5280449_5282957_5284971_4516367_RO,00.html
(2011/09/30)
6. DNI (Documento Nacional
de Identidad, número de identificación ciudadana en el Reino de
España).
7. Esto, está de más
decirlo, excluye a lo que queda de la burguesía española de ningún
papel dirigente en el futuro al debilitar su base productiva y por
ende su poder. Si bien en el período capitalista actual, las
burguesías significantes cada vez menos tienen sentimientos
“nacionales”, aunque sean jerárquicos (del tipo “mis
esclavos”) respecto a sus países de origen. Esto es debido al
propio mestizaje del capital organizador y significante. La sinergia
capitalista sobrepasa el poder dirigente de la propia burguesía y
Frankestein (el Capital) amenaza con destruirles el tablero de juego.
Ellos, por supuesto, no permanecerán quietos y preferirán que se
acabe el capitalismo a que se acabe el sistema de clases. Ojo con lo
que deriva de esta proposición de comprobarse cierta.
8. Entrevista publicada en
ABC el día 19 de septiembre del presente año:
http://www.abc.es/20110919/economia/abci-entrevista-empresa-montoro-201109190901.html
(2011/09/30).
9.
Sin cerrar la representación parcial de otros países y/o flujos de
capital de influencia política más moderada como China o ciertas
dictaduras de países árabes petroleros, etc.
10. Li, Minqi (2008): The
Rise of China and the Demise of the Capitalist Worl Economy.
Monthly Review Press: Nueva York.
11. A este respecto además
de citar los cuadros de consumo energético reproducidos en la obra
anterior de Minqi Li cabe la pena resaltar que según el Global
Footprint Network se necesitarían 5 mundos si todos los países
siguieran el ritmo de consumo de los EUA (China e India suman casi
medio mundo, así que necesitaríamos más de 2). Los datos fueron
extraídos del artículo de Carlos Fernández Liria “¿Quién cabe
en el mundo?” publicado en la sección de Opinión del diario
Público el 22 de enero de 2008:
http://blogs.publico.es/dominiopublico/267/%C2%BFquien-cabe-en-el-mundo/
(2011/09/30).
12. En Rumanía, uno de
los países menos endeudados de la Eurozona el gobierno derechista
redujo el salario de los funcionarios un 25%, recortó el gasto
social a enfermos crónicos y otra serie de recortes para las clases
populares que provocaron un aumento alarmante de suicidios, algunos
de intencionalidad política declarada:
http://www.kaosenlared.net/noticia/rumania-suicidio-como-protesta
(2011/09/30).
13. Marx, Karl (2007): El
capital. Akal: Madrid [1867]. (Tomo III, Capítulo XXIII, punto 2
(p.80) y Tomo III, Capítulo XXIV, punto 7 (p.255). Se puede ver una
rápida introducción en el epígrafe “El capital y la plusvalía”
del siguiente enlace:
http://www.nodo50.org/garibaldi/contenido/introducc.htm
(2011/09/30).
14. El 15 de octubre
tendrá lugar la movilización mundial de los “indignados” de
todo el mundo contra la alianza entre la élite financiera y política
contra los pueblos y la pérdida de derechos sociales, por el cambio
global. Ver en: http://www.democraciarealya.es/15o/
(2011/09/30) o en inglés en: http://15october.net/
(2011/09/30).
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