In Time, comunismo made in Hollywood
(Crítica de la película de Andrew Niccol, Justin Timberlake y Amanda Seyfried)
(Crítica de la película de Andrew Niccol, Justin Timberlake y Amanda Seyfried)
Autor: Jon Juanma
En “La ideología alemana”, Karl
Marx y Friedrich Engels afirmaban que “las ideas de la clase
dominante son las ideas dominantes en cada época” o lo que es lo
mismo que:
La
clase que tiene a su disposición los medios para la producción
material dispone con ello, al mismo tiempo, de los medios para la
producción espiritual, lo que hace que se le sometan, al propio
tiempo, por término medio, las ideas de quienes carecen de los
medios necesarios para producir espiritualmente.
1
. En esta reflexión voy a intentar
demostrar porqué el filme norteamericano In Time (“A
tiempo” o “El precio del mañana”2, de Andrew Niccol
actualmente en las carteleras), a pesar de la utilidad general de la
citada premisa marxista, es una de las películas hollywoodienses
con un mensaje más revolucionario de todas las realizadas hasta la
fecha en la historia del cine. Pero, ¿cómo es posible que
Hollywood, la misma industria que ha sido epicentro de gran parte de
la propaganda capitalista desde hace casi un siglo, produzca ahora
una película blockbuster que sea casi tan revolucionaria como
el Manifiesto Comunista? Analicemos y entendamos el fenómeno desde
lo que pretende ser una aportación a la teoría marxista de la
cultura, la ideología y las industrias culturales. Aportación que
en ningún momento pone en cuestión la validez tendencial de
la cita reproducida de Marx y Engels, sino que intentará corregir
algunas interpretaciones mecanicistas que no hacen sino
metahistorizar y empobrecer la herramienta marxista para la
revolución social.
Comencemos con el guión de la
película: estamos en el año 2161, los humanos han sido modificados
genéticamente de tal modo que al cumplir 25 años un temporizador
vital visible en sus antebrazos comienza la cuenta atrás, si bien su
apariencia física queda atrapada en la juventud a pesar de que
puedan vivir longevamente. A partir de ese momento, deben conseguir
tiempo si no quieren que el crono llegue a cero y mueran. El tiempo
es el dinero del futuro, la nueva divisa que simboliza el valor de
cambio. Se gana tiempo trabajando y se pagan los bienes y servicios
de la misma forma. De este modo el cronómetro genético se va
actualizando a medida que uno desembolsa o ingresa la nueva moneda
temporal. En este futuro distópico la sociedad está dividida de
manera brutal por tres clases: los super ricos (muy pocos), los
acomodados (pocos) y los pobres (mayoría). Los pobres tienen poco
tiempo y deben estar continuamente trabajando a gran velocidad si no
quieren morir jóvenes (lo cual sucede frecuentemente). Los ricos
pueden llegar a acumular cientos y hasta miles de años, siendo
prácticamente inmortales y aprovechándose del excedente productivo
que extraen a los pobres asalariados.
El protagonista de la trama es un
obrero (de fábrica para más in ri) llamado Will Salas
(Justin Timberlake) que ve morir a su madre prematuramente ante su
imposibilidad de pagar las deudas y la constante subida de precios
con los que la élite gobernante asfixia a la clase obrera. De
repente, la vida de Will cambia radicalmente cuando se encuentra a un
rico borracho en un bar de los suburbios. Unos atracadores intentan
dejarlo sin dinero (sin vida) pero Will lo salva y éste a cambio le
hace una revelación: no tiene sentido vivir para siempre y la
inmortalidad de los ricos se basa en la alta mortandad planificada de
los pobres: “Para que unos pocos sean inmortales, muchos han de
morir”. La metáfora con nuestro sistema es evidente. Seguidamente
el rico (el atractivo M.Bomer) se suicida sin que Will pueda evitarlo
y minutos antes, mientras dormía, le regala un siglo de vida al
verse impresionado por su buen corazón y sus ganas de vivir. Con
este dinero el protagonista decide ir más allá de los suburbios,
que están separados por varias aduanas infranqueables para todo
aquel que no tenga dinero. De este modo conoce el barrio de los más
ricos entre los ricos, los que tienen el verdadero poder: el distrito
de New Greenwich3. De este modo Will comenzará una
aventura que le hará comprender los límites del sistema y las
posibilidades revolucionarias para derrocarlo mientras lucha por su
propia supervivencia junto a Sylvia (A.Seyfried), la hija rebelde de
un magnate de las financias de New Greenwich.
El filme está repleto de enseñanzas
revolucionarias, marxistas, obreristas e internacionalistas. Por
ejemplo, al colocar el tiempo como Tiempo de Trabajo Socialmente
Necesario (TTSN)4 para la generación de valor en las
mercancías y la extracción de plusvalor por parte de los
capitalistas, el filme destaca la importancia del espacio-tiempo como
centralidad en la lucha de clases. La película también contiene una
crítica explícita a la ideología neoliberal, que en un diálogo
entre el protagonista con el magnate Weis, uno de los malos, éste
defiende el sistema como “capitalismo darwinista” justificando y
apoyando la conocida sentencia del darwinismo social de corte liberal
que afirma que “sólo los más fuertes sobreviven”. Por otra
parte el protagonista, en contraposición, sentencia en una escena:
“Nadie debe ser inmortal si sólo una persona ha de morir”, ergo
nadie debe ser rico materialmente si una sola persona no puede tener
satisfechas sus necesidades vitales. Crítica definitiva a nuestro
sistema. Más adelante, Will y Sylvia plantean varias veces cuando
van a robar los bancos de tiempo que lo que van a hacer no es robar
cuando el tiempo (dinero) se le quita a los primeros ladrones (el
famoso “expropiación de los expropiadores” por el que aboga el
Manifiesto Comunista)5. Además, la figura del
“esquirol/traidor de clase” es representada por dos personajes:
el guardián de tiempo Murphy y el mafioso “minutario” Fortis que
aparecen como traidores a su clase, ya que los ambos nacieron en el
gueto, pero viven de explotar a sus habitantes. El propio Fortis,
reconoce su papel y el de su banda cuando ante Will afirma que la
policía le permite delinquir libremente porque mantiene el sistema
controlado al solamente atracar y asesinar a los de su clase. Por
otra parte, ahondando entre las similitudes flagrantes del mundo
distópico de la película con el sistema capitalista, nos
encontramos con las aduanas que separan los mundos de In Time
donde para franquearlas se debe pagar un alto importe sólo accesible
a los capitalistas. Este elemento es muy interesante, porque en la
película se afirma que no hay una prohibición legal de cruzarlas
“libremente” para nadie, pero cuando Will, un obrero, lo hace
(con dinero), saltan todas las alarmas del sistema en la figura del
guardián de tiempo (el cuerpo represor). O sea: no hay prohibición
legal pero si imposibilidad real para la fuerza de trabajo = libertad
casi total de movimientos para el capital, opresión y restricciones
para la fuerza laboral (aduanas, permisos de residencia y laborales,
ciudadanos de segunda con derechos amputados, etc). Otro momento
importante de In Time acontece cuando se afirma que el
problema no es que Will y Sylvia estén robando dinero, sino que el
“crimen” radica en que lo están regalando poniendo en peligro
la viabilidad del sistema en su conjunto, permitiendo que los
obreros, aunque sea momentáneamente tengan tiempo para algo más que
producir. En otra vertiente, una parte muy humanista a destacar
dentro del mensaje anticapitalista de la película que lima las
interpretaciones marxistas más sectáreas, sanguinarias y
mecanicistas se produce cuando Will contesta a Sylvia sobre si él la
odia por pertenecer a la clase explotadora que pertence y responde
que no, que nadie tiene culpa de nacer donde nace. O sea,
nadie elige desde que lugar comenzar “la partida”. Este mensaje
es muy importante porque Marx apuntó muchas veces que cuando
criticaba despiadadamente a los capitalistas, lo hacía como miembros
abstractos de una clase, no como personas. Pueden existir algunos
capitalistas que hagan más por la revolución que muchos obreros,
como fue el caso de Engels, sin el que Marx no podría haber sido
lo que fue y nosotros no podríamos disfrutar de su impresionante
legado revolucionario. Por tanto, lo importante no es donde naces,
sino qué haces con lo que te viene dado. Un mensaje
profundamente emancipador.
Hasta aquí me he limitado a explicar
algunas claves sobre el porqué defiendo que la película posee un
mensaje revolucionario y humanista en toda regla, pero no quiero
contarlas todas porque no desearía desalentar a los espectadores
sobre su visionado. Al contrario, animo seriamente a todos los
revolucionarios y activistas del mundo a verla y servirse de In
Time para hacer talleres de economía política crítica donde
explicar las interesantes conexiones entre la película y la obra
nuclear de Marx: “El Capital”. Con intención de facilitar su
estudio entre las masas obreras (especialmente con los jóvenes).
Esta movie puede ser una gran herramienta para hacer llegar a
personas sin alta formación académica la teoría marxista del
análisis del capitalismo y el materialismo histórico, haciendo las
anotaciones necesarias donde se precise y ayudando a ilustrar la
densa teoría de Marx con las excelentes “imágenes en movimiento”
que nos regala In time.
Ahora pasemos a analizar cómo es
posible que Hollywood haya realizado una película así y que esto
nos sirva para hacer una crítica demoledora a la teoría aciaga de
autores fatalistas de la tradición filomarxista como Adorno o
Marcuse que planteaban la imposibilidad de una rebelión sistémica o
creían imposible la emisión de un mensaje revolucionario desde las
propias industrias culturales (IICC). Estos autores avizoraban las
IICC como un bloque todopoderoso (decir que alguien o algo es
todopoderoso implica dotarlo de una infinidad imposible en el mundo
material, renunciar a la revolución y negar la propia dialéctica
variable del poder no como posesión sino como capacidad social)6.
Mi tesis, en cambio, es la siguiente: si bien la producción
hollywoodiense se caracteriza por estar repleta de películas que
tienden a fortalecer las ideologías de las clases dominantes como
afirmaban Marx y Engels, en algunos contextos históricos se
transgreden, por lo que la teoría marxiana ha de dar cuenta de estos
casos y explicar su génesis. En especial cuando el sistema en su
conjunto se halla en crisis por sus propias contradicciones y ante
luchas grupales o individuales de especial talento. Es justo lo mismo
que afirmaban los autores alemanes que ocurría con la
superestructura política en tiempos de inestabilidad: cuando
diversas clases se hallan en pugna sin que se avizore un claro
ganador (como a veces ocurrió entre la corona, la burguesía y la
aristocracia en los inicios del capitalismo mercantil o como puede
ocurrir con el bonapartismo en los inicios del capitalismo industrial
u otros momentos de la lucha de clases). Esto no significa que
podamos esperar que Hollywood mayoritariamente, ni tan siquiera
significativamente, comience a realizar películas que animen a la
revolución socialista, al menos bajo la hegemonía productiva
capitalista. Pero lo que sí debemos aprender los marxistas es a ser
críticos y no dogmáticos con nuestra propia teoría y conseguir
entender donde están las contradicciones de las clases dirigentes y
cómo a veces podemos aprovecharlas para nuestro beneficio, también
en el terreno cultural. Debemos ser capaces de bucear entre las
fallas sistémicas para poder construir contrahegemonía con las
herramientas capitalistas que son las que, en definitiva, tenemos
(junto con otras de sistemas históricos anteriores). Diferenciar
los elementos progresivos de los regresivos. Entonces comencemos
a entender el caso de In Time... ¿quiénes fueron los agentes
que participaron en su producción y difusión?
El filme está siendo distribuido en
las salas por 20th Century Fox, una de las grandes hollywoodienses
propiedad del derechista Ruper Murdoch (que muy posiblemente no sepa
ni que la película existe), y Regency Enterprises, productora y
cadena de televisión que ha producido excelentes filmes críticos
como JFK de Oliver Stone o la excelente A Time to Kill
(“Tiempo de matar”, de Joel Schummacher). La producción de In
Time corrió a cargo de New Regency, filial de la codistribuidora
Regency Enterprises, y la productora Strike Entertainment (“Huelga
Entretenimiento” en castellano), productora de tamaño medio que
tiene un acuerdo de first look con Universal7,
lo que en la jerga legal hollywoodiense quiere decir que todos sus
proyectos deben ser ofrecidos en primer lugar a Universal y si ésta
los rechaza, la compañía es libre de presentárselos a otra major.
Con lo cual podemos averiguar casi con toda seguridad que In Time
tuvo resistencias capitalistas y
fue posiblemente rechazada por Universal antes de que Regency le
diera luz verde, ¿quizás por un guión “excesivamente politizado
hacia la izquierda”?
Hagámonos otra pregunta pertinente:
¿Qué aceptación está teniendo In Time por los voceros de
la industria encargados de alentar o desalentar el consumo de las
mercancías culturales entre las masas? Pues más bien beligerante
cuando no mediocre, si bien la película está viéndose respaldada
con un importante éxito de taquilla en relación al presupuesto. Por
ejemplo, Kyle Smith del New York Post8 , se cebó con la
película por su propaganda marxista dándole una estrella y media
sobre cuatro acusándola de que “el futuro que muestra está
totalmente pasado de moda”, que la película “tampoco funcionaría
en la Rusia de 1917” o que el director miente cuando el filme
“asume que detrás de toda gran fortuna hay un gran crimen”.
Smith como intelectual orgánico burgués que es, ladra contra un
filme de Hollywood que sin duda podría reclamarse de ideología
comunista y termina reconociendo que “la película alienta un
programa redistributivo para que los obreros del mundo se alcen
contra la industria privada”. Y sin duda en esta última frase,
como mandarín del sistema, da en la diana. Por su parte, Peter
Travers de la supuestamente juvenil y “rebelde” superventas
Rolling Stone9, como no puede meterse de lleno a criticar
el guión de corte izquierdista, lo hace hablando mal de la película
y reconoce que ha sido pensada “para gustar a los del movimiento
Occupy Wall Street” como si eso fuera algo malo: hacer una obra
para que guste a un público determinado (cosa que han hecho los
artistas desde el principio del Arte). No parece que ese hecho
moleste a Travers cuando las películas se producen para gustar a un
público chauvinista, racista o neoliberal, como la gran mayoría de
la cartelera blockbuster que ella tiende a adorar. El periodista
sentencia, jugando con el título de la película, que si vamos a
verla serán dos horas desperdiciadas del tiempo de nuestra vida.
Quizás Travers debiera advertir con el mismo consejo a los que
suelen compran Rolling Stone, la cual desde luego no está diseñada
para aquellos que quieren ocupar Wall Street, sino para los que
prefieren sostenerla, como su dueño Jann Wenner que desde su
compañía Wenner Media sufraga el Partido Demócrata de Obama y el
clan Clinton10.
En cuanto al presupuesto de In
Time, y por tanto respecto al
apoyo de la gran industria, fue más bien discreto para ser
Hollywood : alrededor de 40 millones de dólares (unas 4 veces menos
que las más comerciales). Pero ya lleva cosechados más de 117
millones de $.11 Es de notar, que la mayoría de ellos (82
millones), provienen de fuera del mercado norteamericano con lo que
se viene consolidando la tendencia depresiva del mercado interno
estadounidense (entre otras cosas por el empobrecimiento de su clase
obrera) y la expansiva del exterior, lo que obliga a Hollywood a, si
quiere seguir ganando dinero, realizar películas cada vez menos
“estadounidenses”. Capitalismo puro. Y eso también se nota en In
Time, que con su estética azonal podría estar representando el
conflicto barrios residenciales-guettos (burguesía vs trabajadores)
de cualquier ciudad “occidental” de EUA, pero también de
Sudáfrica, España o Brasil. El filme tiene un lenguaje
cinematográfico mainstream no geolocalizado, cercano a un
estilo internacional con una escenografía sobria, sin artificios,
que enfatizan la dureza de la sociedad personificada en la
embrutecida vidas de los obreros.
Sin ser una obra maestra del cine, In
Time sí es una buena película comercial con un mensaje
revolucionario con lo que ello implica: la posibilidad de que muchas
personas del mundo, no militantes ni activistas, al ir al cine a
“pasar el rato” tengan la oportunidad de “pasarlo bien” y
reflexionar, a la par, sobre el sistema en el que viven. Sin duda
más de una de ellas abrirá los ojos y se unirá a las filas de la
resistencia.
Desde aquí le doy las gracias a
Andrew Niccol, director y guionista de In Time, por esta
contribución a la cultura pedagógica revolucionaria, junto a mi más
sinceras felicitaciones por haber realizado un buen thriller que
en todo momento nos mantiene atentos a la pantalla y además, nos
invita (más bien nos exhorta) a pensar críticamente sobre nuestro
papel en el sistema que vivimos. ¿Qué más se puede pedir en estos
tiempos que corren de protofascismo capitalista financiero? Niccol,
que ya fue coguionista de “El show de Truman” y director y
guionista de “El señor de la guerra” vuelve a sorprendernos con
una película radicalmente distinta al resto del repertorio
blockbuster, que basa su atractivo en su argumento rebelde, el
pulso narrativo y el reclamo que puedan tener para los jóvenes los
coprotagonistas: la experimentada actriz Amanda Seyfried y la
estrella de la música pop, reconvertida en actor con pretensiones
“serias”, Justin Timberlake. Si es verdad que la película tiene
algunos puntos débiles como ciertas incongruencias narrativas, la
puesta en escena de situaciones poco creíbles o la falta de un mayor
metraje que les permitiera a los personajes ganar en profundidad y
complejidad (resultado posible de las limitaciones presupuestarias);
pero sin duda la película merece la pena para pasar un buen rato y
la propuesta argumental se desenvuelve certeramente junto a una
fotografía notable de la mano de R. Deakins, colaborador habitual de
los hermanos Cohen.
Para despejar las dudas de aquellos
que piensen que nada bueno puede salir de Hollywood resaltemos que el
director y guionista llevaba seis años sin dirigir un filme y volvió
a hacerlo después de muchos proyectos rechazados. Preguntado en una
entrevista cómo conseguía cofinanciación de un gran estudio cuando
su película demoniza esos mismos conglomerados capitalistas, el
director de origen neozelandés contestó que “afortunadamente los
productores no se leyeron el script” (guión) y consiguió
venderles el proyecto focalizando el hecho de que todos los
personajes en la película tendrían solamente hasta 25 años de
edad, con lo que significaría de reclamo para el público potencial
de la producción: los jóvenes. Además, Niccol concordó con el
entrevistador T. Cook, que la película sin duda abogaba por “una
amplia y radical revolución” para el mundo entero12.
Sin duda, como deseaban Marx y
Engels, los marxistas debemos asumir el papel de vanguardia del
proletariado o el de intelectuales orgánicos de los que hablaba
Gramsci (a medio camino entre los libros y la práctica
revolucionaria); por tanto en lo que debemos evitar convertirnos por
antítesis es en unos tarugos sectarios con la cabeza cuadrada y los
ojos vendados ante la compleja lucha de clases que se despliega a
nuestro alrededor. Que sepamos que mayoritariamente las industrias
capitalistas reproducen la ideología dominante no significa que
siempre puedan hacerlo, del mismo modo que
los grandes capitalistas (como individuos) no son siempre unos
jodidos hijos de...su madre. Vivimos en momentos de crisis sistémica
y a lo largo de la superestructura cultural, se pueden abrir grietas
en la medida en que los artistas se solidaricen con las causas de los
pueblos y las grietas en la infraestructura económica permitan que
se expresen. Porque de lo contrario, si decimos a un público no
movilizado contrahegemónicamente que ve en In Time una
película revolucionaria, que todo lo que salga de las industrias
capitalistas es “basura”, estaremos asumiendo falsamente que su
poder es ilimitado, pintando un escenario aciago y pequeño-burgués
para unas masas con las que de esta manera no conectaremos ni
produciremos cambio alguno en el devenir histórico. El marxismo es
herramienta revolucionaria que debe nutrir la lucha popular, no la
insumisión de una élite acomodada de carácter nihilista, a salvo
de las luchas reales tras los despachos de alguna cátedra
universitaria o la herencia familiar . Debemos dar cabida para la
reflexión y la autocrítica en la teoría marxiana para entender que
pese a que In Time es también una mercancía como
cualquier producto humano en el mercado capitalista (del mismo modo
que “El Capital” de Marx en las librerías, nuestra conexión a
Internet o el agua que bebemos); In Time también es un
producto fruto del trabajo humano objetivado que nos permite
transformar una mercancía capitalista en una herramienta para la
predica revolucionaria, la pedagogía marxista y la victoria
socialista que la sinergia de un presente preñada de humanidad
candente nos reclama.
Valor de uso y valor de cambio, ésta
es la cuestión. La construcción (y el éxito) del socialismo
internacional consistirá en diferenciar correctamente cuál es el
valor de uso de un futuro de libertad aprisionado en la forma
mercancía de un presente asediado por la necesidad y el dolor,
donde cualquier producto del trabajo humano es arrebatado y
fetichizado para la necesaria rotación del capital. Necesitamos
saber qué productos humanos nos serán útiles para desarrollar una
sociedad sin explotación de clases, en libertad e igualdad, pese a
las apariencias embrutecedoras y alienantes que los malvisten en
nuestro sistema, y cual es la morralla que deberemos dejar morir en
la tumba del capitalismo para no enfermar la sociedad del mañana.
En
definitiva, In Time sí es una mercancía que ya ha
producido un retorno directo de 117 millones de dólares brutos
repartidos entre individuos que mayoritariamente no son ni
anticapitalistas ni revolucionarios, pero también es una poderosa
herramienta que debemos utilizar enérgicamente para despertar a las
masas revolucionarias dormidas bajo el soma13 capitalista global, suministrado en muchas ocasiones sí,
entre otros, por Hollywood14. La explotación capitalista
no se evita dejando de ir a ver una película15, sino
derrocando el sistema y para este fin, In Time nos puede
servir como instrumento para la acumulación de fuerzas.
Decía Marx que un revolucionario debe
escuchar la hierba crecer, enfatizando la importancia del desarrollo
de los sentidos, la virtud y la sutileza en el aprendizaje de la
praxis revolucionaria. In Time es fruto de su contexto
histórico. Es una película, una obra de arte, que no se hizo hace
diez ni cinco años. Se ha realizado ahora, tras la acumulación de
fuerzas de izquierdas en Latinoamérica, después de las revueltas en
gran parte del mundo árabe, de las protestas en media Europa y en el
corazón del imperio usamericano o de las luchas armadas comunistas
en Oriente16. In Time es hija de su tiempo, y los
prados de mañana volverán a lucir verdes si sabemos localizar las
semillas y regar la esperanza socialista.
¿Seremos capaces de distinguir el
canto del mañana en el lodo del presente o lo dejaremos ahogarse,
una vez más, junto a la mil veces hundida utopía de lo posible?
¿Sabremos diferenciar la paja del grano?
Ojalá esta vez sí, lleguemos a
tiempo.
* Jon Juanma es el pseudónimo de
Jon E. Illescas Martínez, licenciado en Bellas Artes e investigador
de las Industrias Culturales de la FCM en la UA y la UCM (España).
El
artículo fue acabado el día 21 de diciembre de 2011, si bien las
estadísticas datan del día 8 de este mes. Es publicable libremente
bajo licencia Creative Commons, siempre que se respete la totalidad
de todo el texto y la autoría a la par que no haya ánimo de lucro
en su reproducción.
Notas:
1.
MARX, K. y ENGELS, F. (1994) La
ideología alemana. Fuerbach. Contraposición entre la concepción
materialista y la idealista. Valencia:
Universitat de
Valencia [1991, 1846].
2.
“El precio del mañana” es la traducción que se le ha dado en
algunos países hispanoamericanos.
3.
El rodaje de esos decorados se efectuó en Bel Air, Malibu y Century
City.
4.
MARX, K. (2007) El
capital (Libro I, tomo I).
Madrid: Akal [1976, 1867].
5.
MARX, K. y ENGELS, F. (1999) El
manifiesto comunista. Barcelona:
Los libros de la frontera [1996,1848].
6.
LUKES, Steven (2007), El
poder: un enfoque radical.
Madrid: Siglo XXI [1974, 1985].
8.
La columna contra el filme del columnista del New York Post:
http://www.nypost.com/p/entertainment/movies/justin_time_n8O9x6obZzAktqhvI0wQtI?utm_campaign=Post10&utm_source=Post10Alpha
10.
Lista de periodistas que apoyaron al Partido Republicano y al Partido
Demócrata:
http://www.msnbc.msn.com/id/19113455/#.TuF6vDixLV0
11.
Datos de la recaudación hasta el 6 de diciembre de 2011:
http://boxofficemojo.com/movies/?id=now.htm
12.
Ver la entrevista en inglés en:
http://collider.com/andrew-niccol-in-time-the-host-interview/122279/
.
13.
El soma fue un narcótico alucinógeno de la Antigua India, utilizado
en diversos ritos religiosos.
14.
Pero también por Bollywood, Al Jazzera e incluso en menor medida,
pero creciente, por cierta programación de la TV cubana por poner un
ejemplo sólo aparentemente chocante.
15.
Además que hay muchas formas de verla ;)
16.
Me refiero al caso de los naxalitas en la India y a los maoístas que
llegaron al poder en Nepal.
9 comentarios:
Tu blog es una mierda.
Muy buena entrada.
Te aconsejo que le eches un vistazo a la última producción televisiva de Spielberg, Terra Nova. No estaría mal que hicieras otro artículo al respecto porque el mensaje de esta serie es incluso más certero al introducir el concepto de las limitaciones del entorno en la idea básica de las injusticias del sistema.
Tu querido amigo eres un friki, que de marxista tienes bien poco, mas bien eres un pijo con ínfulas izquierdistas. Evidentemente sin que estos temas rosen sus intereses personales.
Jon Desde una perspectiva muy similar a la tuya me hice la misma pregunta al respecto de la película. ¿Cómo carajo podía salir de hollywood una película con este mensaje?
Por suerte me has brindado una buena respuesta aunque no estoy tan de acuerdo en tirarle tantas flores al guión de la misma.
De todas maneras buena nota y buen punto a tener en cuenta al respecto. El sistema tiene muchísimas más incoherencias de las que vemos, hay que saber aprovecharlas.
Saludos
Tomo nota de lo de Spielberg, por si tengo tiempo, gracias por el consejo.
Respecto a ti Nehx, gracias por tu felicitación crítica y constructiva. Vamos a ir acumulando fuerzas poco a poco, con saber de hormiguitas que no dejamos de ser, trabajadoras, y con la mente abierta para el debate y la praxis revolucionaria. Abrazo!!
Muy bueno tu blog, compa. No me olvide de mi compromiso de traducir al italiano tu tan valiosa nota. Saludos desde Italia, Ciro.
Querido!!! No había visto tu blog!! Fantástico, hacía falta!! Yo estoy de acuerdo contigo en que "In Time", tanto como "Matrix" (que tuvo muy buena crítica y fue muuuyyy taquillera) son películas que muestran gráficamente, con una estética excelente, el macabro funcionamiento del capitalismo. Y yo también me he hecho esa pregunta, no solo sobre las películas, sino también sobre libros y otras expresiones artísticas exitosas. Y he llegado a una respuesta un poco más cínica y menos esperanzadora que la tuya: el sistema lanza esas expresiones con las que se pone "en modo a prueba de fallas", para evaluar qué tan lejos puede ser la influencia de un atajo de locos haciendo una revolución. Y hasta ahora las pruebas han demostrado que nadie llega muy lejos. Yo dudo mucho que Murdoch no sepa lo que se hace con sus dineros, porque los aparatos de ideologización (que es el negocio de ese ser) están hechos para eso, hacer ideología. Y eso es lo que hacen todos los días, pero también hacen pruebas, tal como lo "recomendó" Adorno.
Quisiera sin embargo creer, como tu crees, que se les pasan cosas y que alguien saldrá del cine dándose cuenta de algo. Yo vi Matrix con un grupo de gente de izquiera e inexplicablemente nadie entendió lo que yo. Pero quiero creerte que somos muchos los que entendimos algo.
Gracias por este artículo y por ser.
Esta película está muy buena, yo la fui a ver dos o tres veces cuando estuvo en el cine. Debo decir que me sorprendió, me trajo la mente grupos de guerrilla urbana estilo Fracción del Ejército Rojo.
Mora, me alegro mucho que te guste, un abrazo muy grande.
Coruscante, me alegro que también te gustara la peli, felicidades por tu blog con buenos artículos y herramientas de análisis.
Saludos a todxs.
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