Portada obra de Miguel Brieva. |
Jon E. Illescas *
Con motivo de la reciente publicación de la segunda edición
de “La Dictadura del Videoclip” (El Viejo Topo) me gustaría escribir unas
palabras en tanto autor del libro.1
En primer lugar querría reconocer la emoción y la alegría que
me suponen que un libro con más de 600 páginas, netamente marxista y
absolutamente a contracorriente, haya agotado su primera y ambiciosa primera
edición en menos de un año.2 Es una enorme satisfacción demostrar
que el método de análisis de la realidad propuesto por Marx y Engels, compuesto
por el análisis científico del capitalismo, el materialismo histórico y el
compromiso por el futuro socialista, todavía esté en boga (pese a los
incansables y denodados intentos de la burguesía por enterrarlo) y sea perfectamente
aplicable al estudio de fenómenos tan contemporáneos como el videoclip, la
influencia de la industria cultural en la juventud internacional o el poder de
la industria musical en Internet. El éxito de público y crítica que ha
cosechado el libro entre los especialistas, la comunidad educativa y los
propios artistas, así lo atestigua.
Por otra parte, el azar quiso que la primera edición de esta
obra tuviera la misma tirada que “El Capital” de Marx, es decir, 1.000
ejemplares. Por supuesto, no estoy estableciendo ninguna comparación en cuanto
a la importancia de cada una de ellas. La obra “capital” de Marx es una un
trabajo magno (e inacabado) que arrojó un potentísimo haz de luz para entender
el capitalismo, todavía inigualado desde aquel lejano 1867 donde apareció la
primera edición en alemán. Pero me resulta divertida la coincidencia ya que el
estudio de esa obra de Karl Marx fue esencial para desarrollar la larga
investigación que fundamentó científicamente la mía,3 a medio camino
entre la divulgación científica, el ensayo y la propuesta política. Sin embargo,
mientras que la primera edición de “El Capital” tardaría más de dos años en
venderse, “La Dictadura del Videoclip” sólo ha necesitado de unos meses. Por
supuesto, se trata de obras disímiles en cuanto a su dificultad de lectura, extensión
y significación histórica, publicadas en tiempos y espacios dispares. Sin
embargo, me gustaría pensar que “La Dictadura del Videoclip” ha supuesto un
escalón humilde pero firme en aquella escalera robusta que comenzaron a cimentar
Marx y Engels y tantos otros que vinieron después para entender la sociedad
actual y superarla construyendo una sociedad sin clases donde la democracia, la
justicia y la libertad dejen de ser palabras escritas sobre papel mojado para
transformarse en derechos tangibles sobre los que la humanidad alcance cotas de
civilización y felicidad superiores.
Desde aquí aprovecho también para agradecer una vez más a
todos los que hicieron posible la primera edición. En primer lugar, a Miguel
Riera, editor clásico e imprescindible en nuestro país, hombre culto,
comprometido y humanista. Intelectual orgánico que decidió apoyar una
publicación tan heterodoxa como contrahegemónica con todo su olfato literario y
su voluntad militante. Sin él, “La Dictadura del Videoclip”, tal cual la
conocemos, jamás hubiera visto la luz. También me gustaría agradecer a Miguel
Brieva, magnífico ilustrador
y persona, que con su talento ayudara a darle un impulso definitivo al libro.
Estoy seguro que muchos lectores leyeron la sinopsis y más adelante se animaron
con todo el volumen por el magnífico trabajo que realizó con la portada, la contraportada
y las estupendas viñetas que
acompañan sus páginas. Sin duda, fue todo un lujo haber contado con uno de mis
dibujantes favoritos para el segundo y más importante de mis libros. Además, me gustaría agradecer las
recomendaciones de Salvador López Arnal y los sabios consejos de Rafael
Díaz-Salazar junto al trabajo incansable de mi “coach” personal: Juan Manuel
Illescas Pérez (mi padre). La persona que a lo largo de los años se ha
pertrechado de la suficiente paciencia y tesón para enseñarme a escribir.
También querría agradecer a todos los que ayudaron a
difundir el libro con sus generosas y a veces magníficas críticas, como: David
Becerra, Daniel Bernabé, Rafael Díaz-Salazar, Víctor Lenore, Ignasi Franch,
Ferran Riera, Isa Benítez, Félix Población o Aleu Pons entre muchos otros.
También a todos los lectores de la primera edición que me escribieron
aportándome sus valiosas críticas, experiencias y sensaciones. Y cómo no, a los
trabajadores y trabajadoras de El Viejo Topo, con un agradecimiento especial
para Anna Galdón desde las labores de promoción.
Igualmente me gustaría dedicar esta segunda edición a
aquella heroica y muchas veces anónima comunidad educativa, compuesta por profesores
que no cesan en su empeño de construir un mundo mejor desde las aulas.
Trabajadores de la cultura que siguen creyendo en que otra juventud y otro
mundo son posibles. No habrá revolución sin juventud y no habrá juventud
revolucionaria sin adultos insurgentes que con su labor coherente y
contrahegemónica se alejen de la lógica de la sociedad de consumidores compulsivos
e irreflexivos que necesita el capitalismo.
No me puedo olvidar tampoco de mandar un agradecimiento profundo
y sentido a mi familia y a todos mis amigos por su apoyo (en especial a David
Quintanilla), sin cuyo aliento tanto la investigación como la escritura de la “La
Dictadura del Videoclip” hubieran resultado insufribles.
Por último, he de realizar una dedicación muy especial para
una persona que ya es imprescindible en mi vida: Cansel Açıkgöz. Una
mujer cuya inquebrantable fe en la importancia de “La Dictadura del Videoclip” ha
sido fundamental durante los últimos meses de mi vida pues me ha vuelto a
recordar el poder revolucionario, maravilloso e internacionalista del amor. Con
la suerte adicional que me han mostrado, por primera vez en mi vida, el
significado de su expresión más pura y sublime. Ojalá esta segunda edición de
un libro tan crítico y militante sirva para que, a fin de cuentas, en el futuro
podamos vivir en una sociedad donde la música auténtica, liberada del capital y
escrita desde el corazón (con o sin videoclips), nos ayude a todos a amarnos
más y mejor.
* Jon E. Illescas es Licenciado en Bellas Artes y Doctor en Sociología y Comunicación. También es conocido bajo el seudónimo artístico de "Jon Juanma".
Notas:
1. Salió de la imprenta entre finales de septiembre y principios de octubre de este 2016, pero llevaba maquetada desde julio del mismo año.
2. El libro llegó a las librerías entre principios de diciembre de 2015 y finales de enero de 2016.
3. La investigación comenzó a mediados de 2009 y finalizó a mediados de 2015.
1. Salió de la imprenta entre finales de septiembre y principios de octubre de este 2016, pero llevaba maquetada desde julio del mismo año.
2. El libro llegó a las librerías entre principios de diciembre de 2015 y finales de enero de 2016.
3. La investigación comenzó a mediados de 2009 y finalizó a mediados de 2015.
Ilustración interior de Miguel Brieva. |
No hay comentarios:
Publicar un comentario